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Armonía deriva del latín “harmonie”: combinación de sonidos simultáneos que, aunque suenan diferentes, resultan afines, acompasados. Es equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un conjunto. Lo armónico siempre es considerado bello y agradable. También es amistad y reciprocidad; cuando las personas viven armónicas alimentan una relación pacífica, basada en el amor y el respeto mutuo, estimula y propicia el desarrollo del ser libre e incondicionalmente, lo que deriva en paz y calma interior para las partes involucradas, sea en una pareja, la familia, el trabajo o la sociedad.
Mahatma Gandhi, “alma grande” y padre de la independencia de la India, decía que “la persona que no está en paz consigo misma será una persona en guerra con el mundo entero; la paz no es ausencia de conflictos sino el producto de saberlos resolver. La felicidad no está al final del camino, tú eres la felicidad, ésta se alcanza cuando lo que uno piensa, dice, siente y hace están en armonía”. Sabiduría que aplica para resumir vivir en armonía: Coherencia. Tal estado se experimenta cuando cada persona actúa consciente que todos somos uno, en consonancia con nuestro origen y propósito. Todos nacemos de una misma fuente, benevolente y divina.
Vivir en armonía, consigo y los otros, exige crear sentimientos y pensamientos positivos, actuar con alegría, movidos por la solidaridad, aceptar a los demás tal cual son, ser agradecidos y ocuparse en estar presentes. Este regocijo del alma le da alas al amor tanto por nosotros mismos como hacia los demás.
“A quienquiera que tenga gratitud se le dará más, y tendrá en abundancia. Si eres agradecido recibirás más, ¡y tendrás en abundancia!” Palabras de sagradas escrituras que, sin importar cuál sea la religión, son para ti y para que las apliques en tu vida. Describen una ley universal, que rige toda la energía de la vida: La ley de la atracción: «lo semejante atrae a lo semejante». En tu vida, esta ley actúa a través de tus pensamientos y sentimientos, porque también son energía, y por lo tanto, atraes todo lo que piensas y sientes. Funciona igual que cuando el metal es atraído por un imán; la gratitud es magnética, cuanta más gratitud sientes, más abundancia magnetizas. «Todo lo que haces, vuelve a ti», «Lo que siembras, cosechas» y «Lo que das, es lo que recibes».