Puedes viajar por el universo por Psíquico Mateo
Fecha 5/14/2020
El viaje astral es un concepto esotérico que define ese momento en el que nuestra conciencia deja temporalmente el cuerpo físico que ocupa de forma habitual. Tambien sale a la luz el término cuerpo astral, es decir, la envoltura estelar que siempre resguarda nuestra alma.
El viaje astral tiene como objetivo principal transportar el espíritu del ser humano a otro lugar del Universo, todo ello tras la muerte material del mismo. No obstante, existen algunas personas capaces de realizar ese viaje a voluntad propia.
Pasos para hacer para tener un viaje astral:
- La experiencia debe intentarse después de comer de forma abundante o justo al despertarse, un día en el que nos sintamos especialmente perezosos y con pocas o ninguna gana de levantarnos.
- Estaremos boca arriba o de lado, lo que nos resulte más cómodo.
- Debemos visualizar, a nivel del entrecejo o bien en la coronilla, donde habitualmente se colocan el sexto y séptimo chacra, una escotilla o puerta capaz de internarse en nuestro cerebro. Podemos imaginarla de la forma que queramos, pero siempre con la sensación o certeza de que se trata de una puerta.
- Respiraremos de forma profunda y rítmica, siempre con los ojos cerrados, pero procurando girarlos un poco hacia atrás, como si mirásemos a algo que está colocado ligeramente por encima y hacia nuestra espalda.
- Esperamos a que en ese momento aparezca una sensación de entumecimiento corporal que irá en aumento y que se irá convirtiendo en una parálisis, comenzando por los pies y extendiéndose al resto del cuerpo.
- El siguiente paso, si hemos sido disciplinados y la técnica sigue su proceso natural, será el de poder ver o percibir a través de nuestros párpados cerrados, captando una luz tenue de un suave dorado. Podemos ver destellos, fogonazos, puntitos luminosos, siluetas, etc., y percatarnos de ruidos diversos, algunos de los cuales pueden llegar a ser atronadores. Este punto parece estar directamente relacionado con las sensaciones de aceleración y la percepción de zumbidos.
- Para entonces debemos estar notando la existencia de los dos cuerpos, el físico y el astral. Aquí se recomienda emplear toda nuestra fuerza de voluntad para obligar a nuestro doble a pasar por la escotilla cerebral, la que hemos imaginado en nuestra cabeza. Le parecerá que su yo incorpóreo, que coincidía con su prisión física, ahora sube velozmente por su cuerpo y se condensa en ese punto pineal dentro de su cerebro, mientras la pálida luz dorada se intensifica, hasta convertirse en un glorioso resplandor, y un auténtico infierno de sonidos extraños penetra en sus oídos.
- En este instante oiremos el clic o un sonido similar, y la serenidad se instalará. La luz será tenue y los sonidos extraños habrán desaparecido, ya estamos desdoblados, aunque pensemos que no es, en este momento a levantarnos y alejarnos paulatinamente, para comprobar cómo hasta cierta distancia tenemos capacidad para experimentar la conciencia dual y percibir sensaciones del cuerpo físico y todas las del doble astral.
- A partir de ahora depende de nosotros: recorrer la casa, los exteriores, visitar a un conocido en su casa o lugar de trabajo… Hacerlo caminando, volando, levitando… Intentar coger algún objeto, atravesar la pared o la puerta.
- El regreso será inmediato y brusco si algo interrumpe nuestra experiencia, o bien pausado y controlado si decidimos que ha llegado el momento de terminar. Este autor nos invita a entrar tranquilamente en la habitación y recostarnos en la cama sobre nuestro cuerpo físico, fundiéndonos con él paulatinamente. Al despertar y recobrar las sensaciones corporales.
Si tienes más dudas puedes comunicarte conmigo tu amigo Mateo Ext. 3506, estoy siempre para apoyarte.